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A por el cuadro más caro de la historia
En una sociedad donde el capital es el amo y señor del mundo y va por delante de cualquier valor humano, moral o ecológico, es normal que en el arte contemporáneo haya una batalla entre los artistas más ricos, las mega galerías de arte y otras figuras destacadas del mercado del arte a estas esferas. Hay un frenesí por saber quien será el primer artista que logrará vender un cuadro por 1.000 millones de euros. ¿Será Van Gogh? ¿Será un artista vivo? Personalmente, la verdad es que hay pocas cosas que me importen menos.
Tal vez sea por este escenario de fondo que en general, en el arte contemporáneo, una de las presiones innecesarias a las que nos sometemos los artistas, sobre todo al principio de nuestras carreras, está marcada por la cuestión del valor de los cuadros. Socialmente está establecido así: Parece que si un cuadro no vale un pastón de aúpa es que no tiene calidad o que el pintor es malo. A la vez, si el pintor pone precios muy elevados es probable que venda muy de vez en cuando en estos momentos. Entonces, ¿qué es mejor?
Vender arte: ¿utopía o realidad?
Llevo años escuchándolo en España: NO SE VENDE NADA. Muchos galeristas y pintores repiten ese mantra que aporta bien poco y en el que parece que todo depende del exterior. Llevo años paseándome por galerías de ciudades españolas, contemplando como un día antes de terminar la exposición lo más habitual es ver que se han vendido 3, 1 o 0 obras.
Llevo años viendo, demasiado a menudo, precios de miles de euros por obras de arte que por distintas razones no se venden. A veces se dice que se trata de obras de un pintor que “tiene mucho caché” o que “ya tiene un nombre”. Pero el caso es que los cuadros no se venden.
Compradores de obras de arte
¿Ese “caché” y ese “nombre” es tangible y real o es humo? Muchas de esas obras se acumulan en las trastiendas de las galerías y en los estudios, cuando al final aquí de lo que se trata es de dar salida a la obra que hace el pintor. Vender para vivir de ello, para sentirte totalmente realizado con el cuadro y continuar con el siguiente.
“Mayor número de ventas, menos pereza en el trabajo de obra nueva y más evolución como artista”
En mi opinión lo más inteligente y sensato es escuchar el nicho de mercado concreto de todo el arte contemporáneo al que uno va dirigido, que es al final el que manda. En mi negocio, hace años que lo que más promociono y vendo en este país es un producto de dimensiones medianas que puedo vender bien y de forma constante, por menos de mil euros.
En otros países como China o Estados Unidos, ya sea a nivel particular o a través de galerías, vendo cuadros de dimensiones mayores por los que cobro más dinero.
Arte contemporáneo en España
Pero obcecarse con vender mucho en España y con cuadros siempre por miles de euros o decenas de miles de euros creo que en estos momentos es un error que paraliza tanto a pintores como a galeristas. Me parece más lógico ofrecer aquí un abanico más amplio de productos, precios y alternativas, y a la vez activar mecanismos para tener visibilidad en el extranjero; galerías de arte contemporáneo online de varios países e inversión en ferias internacionales y en exposiciones en otros países, sean individuales o colectivas.
Si vendes por decenas de miles de euros, deberás conocer a gente francamente muy concreta y muy pudiente. Y espero que conozcas a más de uno y de dos, más bien a diez, veinte o treinta. Porque los meses pasan muy rápido y la gente realmente pudiente es poca en comparación con lo que cobra la mayoría de personas.
Por el contrario, si conoces personas de distintos estratos sociales, que es lo más habitual, te interesará vender a un precio razonable pero con vendas constantes, que te permitan vaciar stock y aprender constantemente.
Diferentes Fuentes de ingresos
También puedes tener en cuenta las copias impresas y los diseños aplicados a objetos que la gente sí o sí necesita, como se refleja en los casos de éxito real de society6 y etsy, donde hay objetos de lo más mundanos (tazas, cojines, fundas de móvil) con arte aplicado o, en el caso de etsy, obra hecha a mano que se promociona a través del portal.
Son dos ejemplos claros que nos indican que las tendencias del arte contemporáneo van cambiando. Pero en general, ante el falso mantra “NO SE VENDE NADA” es importante flexibilizar la mente, diversificar los ingresos e investigar todos los posibles mercados que existen, tanto los reales como los potenciales.
Arte aplicado
Y ver también que a veces, y cada vez más, se puede aplicar pintura a proyectos que le darán una difusión mucho mayor a nuestro trabajo: para mí es tan gratificante vender cuadros como pintar portadas de discos, cartas para menús de restaurantes o imágenes para web en las que mezclo múltiples técnicas diferentes, pero que muchas veces acaban siendo imágenes más plásticas y pictóricas que los propios cuadros.
De esta manera, la pintura es algo mágico y al servicio de las necesidades concretas de las personas, con proyectos en los que uno tiene total libertad y que son igual o más artísticos y ambiciosos que la propia obra pictórica que propone el artista para sus exposiciones. Permiten experimentar con otros materiales y crear otra cosa, además de oxigenar la mente e invitar a regenerarse, con todo lo que eso conlleva.
Si te ha parecido interesante este artículo, esta es la segunda parte