
La importancia del bodegón en la pintura ha sido uno de los géneros más reconocidos a lo largo de toda la historia del arte. La pintura ha representado naturalezas muertas con todo tipo de disposiciones, elementos e iluminaciones: decorados de mesa, estudios de caza, fruteros con una visión minuciosa, abstraída o colorista… Del bodegón renacentista, rico en detalles y definición, al bodegón que surgió cuando la pintura dio su atrevido giro hacia la abstracción, el género se ha mantenido como una fuente constante de inspiración para los artistas.
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Tipos de bodegón | hasta donde la mente pueda imaginar
Existen bodegones con muchos tipos diferentes de elementos: en cuanto a animales podemos ver desde bodegones con sardinas, con perdices, con gorrines, e incluso con cabezas de cerdo. Personalmente prefiero los bodegones con frutas y recipientes que no con animales. Uno de los que más me gustó lo vi a finales de 2018 en el Museo Belvedere de Viena, era un bodegón exótico en el cual aparecía un papagayo (en este caso vivo) y también había unas uvas, sandía… Era muy vivo, colorido y original. Tenía unas dimensiones considerables.
De los que pintó mi abuela, uno de los que siempre me ha impactado más es este bodegón con langosta. Por si no fuera suficientemente impactante la langosta, viene además acompañada de limón, una jarra de cerveza que parece alemana y unas ostras alrededor. También dos copas muy variadas, la de la derecha que parece de aperitivo y la de la izquierda supongo que de agua o vino blanco.

La controversia de los bodegones
En una de mis últimas exposiciones, en la que había un bodegón, algunos de los asistentes se preguntaban abiertamente: ¿Y esto qué interés tiene? ¿Unos pimientos qué gracia tienen?
Para mí es un género interesante por la simple razón de que, si la obra es buena, refleja la singularidad y el brillo de sencillos elementos de nuestra vida cotidiana que nos pasan bastante desapercibidos, ya que en la mayoría de los casos les ponemos la etiqueta mental de “obvio” y a otra cosa mariposa.
En esta misma exposición que comentaba, hubo otros visitantes que les encantó el bodegón que presenté y que incluso me dijeron: “Ya teníamos muchas ganas de que pintaras algún bodegón, la verdad”.
Probablemente mi curiosidad por este motivo también viene de la influencia de mi abuela Carmen Gandía, que en los veranos de principios de los años noventa nos enseñaba a mí y a mi primo a pintar bodegones al óleo como lo hacía ella. De hecho, no era difícil en un primer momento porque nos decía que pintáramos únicamente una manzana.
Sin embargo, para hacerlo bien de verdad, ya tenías que captar bien el brillo, el matiz del verde, el volumen de la fruta, la forma redondeada de su cuerpo, el fondo y sus matices… Uno podría subestimar ese ejercicio pero lo cierto es que si pintabas bien esa manzana, ya habrías aprendido muchas cosas básicas de la pintura figurativa.
La aportación de Carmen Gandía al género de las naturalezas muertas es variada y considerable, como muy pronto podréis empezar a ver en la primera fase de la web dedicada a ella. Aunque igual que yo, sus temáticas predilectas girarían entorno a la pintura de paisajes al óleo.
La importancia del bodegón en la pintura
Si quieres ver otros bodegones de Carmen Gandía, te invito a que visites este enlace. Si quieres ver cuáles son para mí las mejores marcas de pinturas al óleo, te lo cuento en este artículo.
