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Guía del comprador

¿Cómo comprar cuadros por internet? ¿Dónde comprar arte a precios asequibles?

Si estás buscando un lugar donde comprar cuadros decorativos por internet, a través de plataformas online de España, ya sean cuadros con marco online, comprar cuadros con profundidad o con relieve, comprar cuadros para salón, para escaleras, para baños, para dormitorios de matrimonio, la verdad es que hoy en día puedes comprar arte online directamente a los artistas. ¿Cómo? Una de las maneras más extendidas actualmente es hacerlo a través de instagram. Pongamos por caso que quisieras tener un cuadro de Toledo. En Instagram te es suficiente con buscar el hashtag #pinturatoledo y ya te aparecerán una selección de pinturas de artistas que han pintado la ciudad recientemente.

Personalmente, como artista te recomiendo que investigues a varios artistas. Igual te gusta mucho el estilo de algunos de ellos pero tú tenías una idea muy concreta de cuadro, por ejemplo un paisaje. Siempre les puedes preguntar si aceptarían un encargo. Te recomiendo que busques con calma y tranquilidad, e incluso, que apuntes a varios artistas y luego los sigas en redes sociales o incluso les preguntes particularidades de sus obras, que seguro estarán muy contentos de saber que su obra causa interés

Por mi parte, estoy encantado de que hayas aterrizado aquí y te invito a que te pasees por la selección de cuadros que tengo disponibles en estos momentos. Después de 15 años dedicado únicamente al arte y después de haber vendido casi 400 cuadros, tengo cierta perspectiva de lo que significa ser pintor. Incluso, últimamente, después de haber asentado una línea realista/impresionista, también ofrezco una selección de cuadros abstractos, y otra en la que estoy trabajando que estaría a caballo entre el simbolismo y el surrealismo.

Si estás buscando comprar obras de arte asequibles pero también de calidad, si después de visitar mi galería encuentras por la red algo de mayor calidad a un precio más asequible, habrás encontrado algo verdaderamente excepcional.

¿Qué pasa si no me gusta el cuadro visto en directo o si tengo problemas una vez lo reciba, ya sea que esté dañado o que sea muy diferente de cómo aparecía en internet?

Hablando de la venta de arte por internet en términos generales, el hecho de comprar a un artista hoy día debe de suponer para ti la misma garantía que si compras en una galería de arte. Si compras a un artista que se ve serio y profesional, que cuida su imagen y trata de hacer un trabajo de nivel, que trata bien a su comunidad y que tiene un propósito profesional, será raro que tengas alguna sorpresa desagradable. Lo que más queremos los que intentamos ser  honestos y serios es acercar el arte a la gente y que las personas que adquieren nuestras obras las acojan con el mismo cariño que nosotros les vamos cogiendo mientras las creamos y sobre todo una vez las terminamos. En el momento en que las ponemos a la venta, es que para nosotros tienen un valor sentimental que tenemos que ajustar con un valor económico razonable.

Lo normal es que vistos en directo los cuadros mejoren. Al menos, eso es lo que sucede con los míos, que rara es la vez que puedo hacer una foto para las redes que sea mejor de lo que es el cuadro visto en directo. Los colores pierden en la digitalización, además de que la obra se ve más pequeña en las pantallas, de no ser que las veamos desde la televisión del comedor y sea una televisión de 55 pulgadas o más. Así que lo normal en mi caso, cuando los clientes reciben el cuadro es que la sorpresa sea a mejor, o por lo menos reciban lo que esperaban y estén contentos. En cuanto a los daños, en mi caso los cuadros van asegurados por el valor del cuadro. Actualmente hago los envíos a través de MRV o de Correos, y a través de Fedex si es un envío internacional. Los cuadros van debidamente embalados con bastante embalaje de burbujas además de una caja de cartón reforzado.

El compromiso con el buen estado de la obra a su llegada es total. Intento hacer un seguimiento con el cliente hasta cerciorarme de que está todo bien cuando recibe el cuadro o los cuadros. No me ha sucedido nunca que alguien quiera devolver el cuadro o no le guste al recibirlo, pero si así fuera tampoco habría problema en hacer una devolución. Lo último que quiero es que mis obras estén en manos de personas que no sienten nada al verlas. Pero como digo, esto no ha sucedido. Las personas que compráis arte sois inteligentes, sensibles y humanos/as. Cuando os decidís por un cuadro, normalmente es como un flechazo y no hay marcha atrás.

¿Quién compra arte? ¿Quién compra cuadros al óleo?

¿Crees que tienes que cumplir algún perfil específico para comprar obras de arte originales? Déjame decirte que no, que para nada. Basta con tener ganas de adentrarte en el maravilloso mundo del arte, de degustarlo tranquilamente, de dejarte invadir por él, apreciando matices, estudiando procesos de trabajo, conociendo a los artistas y sus propósitos, hasta que poco a poco te vaya picando la curiosidad, hasta que llegue un momento en el que una obra te llame tanto la atención como para tenerla contigo cada día.

Si te estás preguntando quién compra cuadros al óleo, ya sea online o en exposiciones, te diré que actualmente las personas que se decantan por comprar cuadros al óleo originales son muy variadas. Esto no es ningún lujo asiático ni una moda reservada al 0,1 por ciento más rico de la sociedad. Hoy en día mucha gente compra arte como parte fundamental de la decoración de la casa. Es más, cada año que pasa se compra más arte online.

Personalmente, y a través de mi experiencia en la venta de arte asequible, te puedo decir que como clientes tengo a muchos profesores/as y a muchas personas del ámbito de la medicina, ya sean farmacéuticos, médicos, enfermeros. Pero aparte hay un abanico muy amplio y dispar que va desde abogados a personas del sector de la limpieza, pasando por músicos, programadores, peluqueros, jubilados, veterinarios, policías, traductores, taxistas, psicólogos, pescadores, bomberos, banqueros, comerciales, periodistas… Esta es una de las razones principales por las que tiene tanto sentido mi trabajo, porque un sector muy amplio y variado de la sociedad participa y lo puede adquirir.

¿Porqué comprar arte original?
¿Es posible comprar arte asequible y que además sean obras de arte originales?

Desde siempre, el arte original de alto nivel ha sido la elección de aquellas personas que valoraban la calidad en la decoración su casa. Y más ahora, que lamentablemente tenemos que pasar tanto tiempo en la misma. Qué menos que estar a gusto y acompañados de objetos con valor, que tengan algún sentido y que nos hablen.
Como en todo, uno tiene que tomarse su tiempo e ir investigando las distintas calidades de las obras que observa. Disfrutando del proceso, apreciando matices, observando detalles. También puede y de hecho es positivo hablar con los artistas, preguntarles cosas. Ya sea en Instagram (las galerías del siglo XXI), enviándoles un mail a través de sus webs, o visitando sus exposiciones en el mejor de los casos.

El nivel de la decoración, más allá de si colgamos obras con colores vivos y alegres, depende enormemente de cómo el artista representa un motivo, de los matices, de la calidad del soporte usado, de la pincelada… El bagaje y el talento de un gran pintor se notan bastante rápido cuando miras obras de arte frecuentemente. Y a veces hay cuadros de temas lluviosos, o abstractos de tonos fríos, que a pesar de no ser especialmente alegres tienen una presencia y una profundidad que confieren una calidad muy alta y específica al espacio en el que se fijan.

Hablando de calidades, personalmente hace un tiempo que trabajo con las mejores marcas de pinturas al óleo extrafino que existen. Últimamente trabajo bastante con Sennelier, pero lo voy combinando con Williamsbourg, que es una pintura con una concentración de pigmento como nunca antes había visto. No obstante, a veces también pinto con Mir, una marca histórica y de mi tierra con unas prestaciones muy destacables por su fantástico precio. Además, era la pintura con la que pintaba mi abuela, la pintora Carmen Gandía. Si además de ser un aficionado al arte también lo practicas, te dejo en este enlace una guía sobre las que para mí son las mejores marcas de pinturas al óleo. 

Dicen que cuando compras arte te quedas con una porción del alma del creador. Y es así. Es igual que cuando vas a ver un gran espectáculo de danza o un maravilloso concierto, hay algo en la atmósfera que los artistas han creado para ti y ese recuerdo te acompaña al día siguiente, a la semana siguiente o, si es realmente un gran espectáculo, durante los años siguientes.
Con los cuadros existe la ventaja de que no son flor de un día como un concierto, sino que estarán siempre contigo y serán un protagonista más en tu casa. Pero para ello primero deberás enamorarte.

¿Por qué hay cuadros tan caros por los que yo no pagaría ni un duro? ¿Es que me estoy perdiendo algo?

No te estás perdiendo nada que no intuyas ya, no te preocupes.  Cualquier objeto tiene un valor de uso, una aptitud que satisface una necesidad y por la que merece la pena pagar. La pintura, como cualquier otra creación artística, tiene un valor de uso determinado. Lo que pasa es que desde hace muchas décadas, la ley de la oferta y la demanda –ya sea real o inducida por los propios artistas o personas de sus círculos- sustituye casi por completo el valor de uso de las obras. Para muchos marchantes y compradores realmente ricos, el arte es una manera más de diversificar su gran patrimonio y lo que compran y venden son marcas que una parte del mercado acepta como “súper marcas”.

Por ejemplo, en el caso del cine, aunque todas las entradas de cine valen igual, a través del marketing y la publicidad se crea a menudo una fuerte demanda en películas realmente comerciales que sacuden fuerte la taquilla mientras que otras de mucha mayor calidad, pasan en un primer momento desapercibidas. La diferencia es que el público que consume cine es muy amplio, y en muy pocos años una película de bajo presupuesto puede ser revisionada masivamente gracias a recomendaciones y así acabar reequilibrando la balanza en un punto más lógico objetivamente. Con la música puede suceder más o menos lo mismo. Aunque en ambos casos hay muchos artistas de enorme talento y con grandes trabajos que tienen dificultades para tener la visibilidad y las oportunidades que merecerían.

En la pintura, las reglas principales del juego que determinan las cotizaciones más elevadas son las que vienen determinadas por las tres “M”: Marketing, Museos y Mercado. El marketing se encarga de crear una historia de relevancia detrás de la obra, como en el caso del impactante autorretrato en el que Van Gogh se acababa de cercenar la oreja y llevaba la cabeza vendada. Esa historia de por sí ya es tremendamente impactante y masivamente conocida (el Marketing se hace solo en este caso), pero viene además de los pinceles de un autor de una época muy valorada (impresionismo y postimpresionismo), que además ha expuesto en los museos más importantes del mundo desde hace muchas décadas (Museos) y que además forma parte de las colecciones más influyentes del mundo (Mercado), desde la familia Rockefeller, a la familia Guggenheim o al dueño actual de Disney (me lo invento). Hace años que se dice que probablemente Van Gogh será el primer artista por el que se lleguen a pagar 1.000 millones de euros en una subasta. Y seguramente no hará falta que sea por el famoso autorretrato sin oreja de Van Gogh con la cabeza vendada, también podría ser por el famoso cuadro de los girasoles pintado al óleo de Van Gogh, o por el de la noche estrellada. Cuadros que a día de hoy ya son iconos en todo el mundo porque se han usado en anuncios de productos alimentarios, en películas, en libros…Pero, si rebajamos a mínimos la ley de la oferta y la demanda y nos quedamos únicamente con el valor uso de las obras, veremos que Van Gogh entra en un contexto en el que descubriremos a muchos otros pintores fantásticos, muchos de los cuales mucho menos conocidos como Gustave Caillebotte, que igual no te sonará de nada, pero es un impresionista con una carrera muy dilatada que poco tiene que envidiar a Van Gogh.

¿Por qué se pagan cifras astronómicas también por cuadros de artistas vivos?

Por la misma ley de la oferta y la demanda. lo que sucede en este caso es que los antiguos artistas archiconocidos de otros siglos como Van Gogh, Da Vinci, Rembrandt, Botticelli o tantos otros raramente salen a subasta. El capital de las grandes fortunas requiere que el mercado esté activo para invertir con más frecuencia y con valores que sean asimismo seguros, y las grandes galerías de arte y las casas de subastas tienen muchas técnicas para colocar un cuadro de un artista vivo a un precio que sobrepase las 5 o las 6 cifras. Es un proceso de construcción de una marca que se da poco a poco, y que va haciendo al artista y a su obra como algo cada vez más exclusivo (y más excluyente, por supuesto, ya que queda fuera del alcance de la mayoría), colocando su obra cada vez en colecciones más y más “importantes” y haciendo mucho hincapié en el asunto de la “exclusividad”, hasta que es algo que ya no interesa ni lo más mínimo al común de los mortales, ya que desde hace muchas décadas estas transacciones son muchas veces una simple inversión en una marca construida que en muchos casos poco o nada tiene que ver con el valor de uso real de una obra o con el talento del artista que la ha creado. Básicamente estas marcas, sean de artistas difuntos o artistas vivos, son un valor seguro para diversificar un gran patrimonio, en el que también encontraremos fondos de inversión, metales preciosos, grandes inmuebles, etc.

Es la lógica del sistema capitalista, ni más ni menos. Te recomiendo el artículo que escribí sobre los libros de Don Thompson, un economista que a estudiado a fondo este asunto.

Subasta de una de las versiones de “El grito”, de Edward Munch, en la casa de subastas Sotheby’s de Nueva York.Desgraciadamente, las noticias sobre pintura demasiado a menudo se han reducido a la anécdota de si tal cuadro se ha vendido en Sotheby’s por 7 millones o tal otro en Christie’s por 52. El valor social del arte, según muchos periodistas culturales queda muchas veces reducido a la suculencia de un titular que incluye una transacción millonaria y a un “influencer” de la más alta aristocracia. Nada más. A nadie parece importarle hacer una lectura más profunda y saber cómo es la obra, qué le transmitió al periodista la obra, qué quería representar el artista, etc.

Entonces, ¿Dónde queda el vínculo con la obra?
Yo espero que algunas o muchas de estas compras hayan sido por verdaderas revelaciones a partir de haber visto las obras. Pero me temo que la mayoría responden a estrategias para mantener un status, porque la compra responde a criterios de exclusividad que conducen a la percepción de un aumento de status por parte del círculo próximo de los compradores. Así pues, el valor de uso aquí también estaría presente pero respondería a la preservación del patrimonio personal (el valor seguro que hemos comentado antes necesario en un patrimonio diversificado) y al potenciamiento del propio status social.

¿Hay realmente una burbuja en el arte?

En gran parte sí, si observamos a muchos artistas vivos. Porque los valores de los artistas vivos son fluctuantes en muchos casos, y un artista por el que se pagaron 30.000 euros por una obra en 1998 puede ahora valer 800, como ya se han dado muchos casos.

En general, cuanto más mayor es el artista, más seguridad ofrece si miramos las obras en términos de inversión. En este sentido, en los últimos años se han vendido a un precio muy elevado obras de artistas vivos como Gerhard Richter o David Hockney. Seguramente, en estos casos sus altas valoraciones se mantendrán muchos años después de fallecidos y me parece algo más justificable (no diría que sus obras son una tomadura de pelo en términos generales), porque sus recorridos han sido prolíficos y han tenido una evolución más o menos lógica, con exposiciones en museos variados con obras de grandes dimensiones, que han atraído a gran parte del mundo del arte de forma más o menos transversal desde hace decenas de años (desde críticos a directores de museos, mecenas, periodistas especializados). En otros casos, no obstante, creo que puede haber sorpresas en el futuro, incluso en pintores tan renombrados como Andy Warhol (por no hablar de otros artistas vivos que me vienen a la cabeza), que creo que podría ir claramente a la baja en los próximos decenios o, si más no, en los próximos siglos.

Muchos factores influyen en este mercado, pero sin duda uno muy determinante a largo plazo será el valor de uso. Cuando las próximas generaciones hereden según qué cuadros y no sepan qué hacer con ellos puede que los vendan por un precio inferior al adquirido, y puede que ya no haya otros propietarios de obras del mismo artista que vayan a seguir pujando para que la obra se mantenga a un precio muy elevado (esta es otra particularidad que ha influído durante décadas en artistas como Warhol, tanto en su obra original como sobre todo en las láminas de cuadros), y poco a poco esto puede ir deteriorando el “caché” del artista, sobre todo si los demás propietarios ven que cada vez se venden más obras de ese artista, les entrarán las prisas por vender y saturarán el mercado en la dirección opuesta a la buscada. Mucha oferta y poca demanda. Eso creo que antes o después pasará en todos los casos de las obras vacías de contenido y de los artistas que no han aportado nada.

Hace unos años, desde esta misma plataforma, hice una entrevista a Antonio García Villarán antes de que se hiciera tan famoso. Lo cierto es que él no critica que una obra sea menos o más figurativa, abstracta, o más o menos rompedora. Eso a él le trae sin cuidado porque lo que intenta ver es si hay honestidad y calidad, si hay un recorrido y un aprendizaje detrás de esta obra final que nos están presentando. Y ha visto las suficientes obras y es lo suficientemente inteligente y sensible como para saber si una obra tiene enjundia o si es muy pobre. Por eso hace tiempo que empieza a resultar incómodo, porque le sigue mucha gente y porque saca a relucir toda una parte del mundo del arte que de fondo no se aguanta, más allá de todas las envolturas filosóficas posteriores que le queramos añadir.

Entonces, ¿hay que comprar arte como inversión?

Bajo mi punto de vista, no. Porque comprar arte para invertir es algo que perjudica al arte y hace que nos fijemos en el valor monetario (muchas veces artificial) de la obra, no en su valor intrínseco. Yo no lo haría con artistas vivos ni que dispusiera de 1.000 millones de euros. Pero claro, tampoco necesito hacer el mierda e invitar a mis amigos para que vean que me he comprado un Ferrari. Mencionando a los dos artistas vivos que he mencionado antes, aunque Gerhard Richter y David Hockney me parecen artistas interesantes, cada semana descubro grandes artistas a través de Instagram, ya estemos hablando de cuadros abstractos o figurativos, y en algunos casos sus precios no superan los 1.000 €. Así que prefiero comprar 100 obras de estos artistas emergentes, antes que un Richter de 100.000 euros, si es que hay alguno. Claro está, que yo lo miro siempre desde la pasión y me interesa la multiplicidad de puntos de vista, y también veo que este sistema capitalista ofrece una visión muy limitada de la realidad. Nos ofrece hasta en la sopa cosas muy concretas y muy hinchadas y nos oculta una inmensa mayoría de artistas (y de escritores, y de músicos, y de directores de cine, y de todo de cualquier disciplina), algunos de los cuales son francamente buenos y tienen un talento y un bagaje maravilloso. En cuanto a David Hockney, me encantan algunos cuadros de frutas al óleo que he visto realizados por él, pero volvemos a lo mismo; antes de comprar arte muy caro en subastas hay  otros pintores con estilos parecidos cuyos cuadros de frutas o de flores me han gustado más que los de Hockney. Pero claro, ya no serán de la marca Hockney, no los habré comprado en Sotheby’s London y no serán de la colección del presidente del Chelsea FC.

En definitiva, si te preguntas si es posible comprar arte de alta calidad a precios asequibles, la respuesta es rotundamente sí. Solo tienes que elegir a qué liga quieres pertenecer, porque hay quien compra arte por inversión y para fardar de lo que han gastado y de donde lo han comprado y hay quien lo hace por verdadera pasión. Si compras por pasión, en base a tus valores y a tus inquietudes más profundas, nunca te equivocarás y a la larga tendrás una colección acorde contigo, que reflejará una parte de tí en cada momento de tu vida y dará sentido a tu espacio más preciado, tu casa.

Te interesan estos tejemanejes de las transacciones  de millones de euros por la compra de arte? Te recomiendo dos libros del autor Don Thompson: El tiburón de los doce millones de dólares y la Supermodelo y la caja de brillo