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Miquel Cazaña

El Camino del artista

Un proceso creativo en constante evolución

He vivido todo mi surco en el mundo artístico como una evolución a nivel interior, así que no puedo contarla de ninguna otra manera que como un proceso evolutivo con una serie de fases, cada una de las cuales daba paso a la otra una vez se había consumado la primera. Aunque siempre he estado favorecido por unas marcadas habilidades de dibujo, eso no siempre te condiciona favorablemente en el mundo del arte. Creo que es importante trascender lo que sabes hacer y asumir riesgos, explorar nuevos mundos. Nunca me he querido encasillar y he ido cambiando tanto de sector como de estilo.

Si bien al principio las elecciones en el sector en el cual trabajaba eran por pura necesidad, pues después de desempeñar trabajos muy variados antes y después de los 20 años de edad, al terminar de estudiar diseño gráfico e ilustración asumía encargos bastante variados; diseñaba logotipos y trimestralmente maquetaba una revista de una asociación ecologista, y de vez en cuando me llegaba algún encargo de ilustración publicitaria o editorial. Poco a poco fui dejando las tareas de diseño gráfico y me fui centrando en las de ilustración, que eran las que más me apetecía hacer.

Con el tiempo, fui aparcando las tareas de ilustración y fui dedicándome a la pintura, que probablemente me gustaba más que la ilustración, porque me sentía más libre. Aunque debo decir que tengo un respeto reverencial hacia la ilustración. Cuando observo a otros artistas plásticos actuales, me resulta mucho más sencillo ver calidad, rigor y profundidad en la ilustración que en la pintura.

En los últimos años he expuesto en casi 100 espacios, entre los cuales espacios tan variados como la Fundación Academia de Bellas Artes de Sabadell, el Ateneo de Madrid, la Casa Elizalde de Barcelona, el Monasterio de Santa María la Real de Oseira (Galicia), la cadena de hoteles Eurostars, el Palacio Arizkunenea de Elizondo (Navarra) , el Espacio Ibercaja Castillo de Montearagón de Huesca. También he participado en diversas ferias en el continente asiático, en ciudades como Hong Kong o Seoul.

Me gusta estar a pie de exposición y hablar con los visitantes. O a pie de calle cuando participo en concursos de pintura rápida, entre los cuales he ganado algunos premios. Desde 2016 resido en Navarra y me voy haciendo un pequeño hueco entre los pintores navarros actuales, así como también he podido conocer acuarelistas y pintores vascos contemporáneos. Aunque ya desde antes, estando en Barcelona, salía a concursos de rápida por allí y pude conocer pintores paisajistas catalanes actuales.

Ver también cómo trabajaban estos pintores impresionistas actuales y asombrarme de lo que eran capaces de hacer en un solo día o en unas pocas horas. Oleos impresionistas actuales que parecían auténticas pinturas de Claude Monet en algunas ocasiones, y que sin embargo uno podía adquirir por solo unos cientos de euros. Hay muy buenos pintores españoles actuales realistas, y en los concursos de pintura rápida se puede ver. Es algo que tiene mérito porque hay que trabajar mucho para llegar a tener un alto nivel.

Pero aparte de eso pienso que es importante tener un estilo propio y, es más, valoro todavía más a los pintores que tienen un lenguaje propio o un universo propio, para entendernos. Es decir, a aquellos que aparte de dibujar o pintar muy bien han explorado nuevos mundos y han arriesgado lo que conocen para encontrar nuevas maneras de expresarse que van más allá de las que conocen. Dentro de los artistas actuales, hay pocos que recorren este proceso.

¿Qué la creatividad? ¿Cómo desarrollar la imaginación y la creatividad?

Arte y creatividad: Tipos de creatividad

La creatividad es la inteligencia divirtiéndose, decía Einstein. Creo que si tuviera que elegir una sola cosa para desarrollar la creatividad, elegiría la necesidad de cultivar el pensamiento divergente. Esto para mí quiere decir intentar explorar dos, tres , cuatro, nueve, quince o más alternativas a la primera que se nos pasa por la cabeza, que pocas veces es la mejor. En el campo de la creatividad artística es así. Trabajando en el campo de la ilustración, tanto en el ámbito publicitario como en el editorial, más allá de la primera manera de representar la escena había un mundo de posibilidades. Por eso, como mínimo desarrollaba tres o cuatro bocetos cambiando la perspectiva y el planteamiento de todos los elementos de la ilustración.

Lo mismo al principio de todo cuando hacía logotipos, no presentaba solo uno, primero presentaba 3 o 4 propuestas al cliente, aunque yo previamente hubiera presentado unas cuantas más. Esto son solo ejemplos que me han servido para desarrollar el pensamiento divergente, la inteligencia creativa. Porque como dice Picasso, que la inspiración te visite trabajando.

Al margen de darle vueltas a los proyectos y no quedarme con la primera idea que me viene a la cabeza, para mí ha sido crucial añadir técnicas para ser más creativo. Técnicas que anularan mi facilidad para el dibujo y me obligaran a pintar o a dibujar de otra manera. Así, como ejemplo de proceso creativo, como proyecto final de carrera hice todo un cuaderno de viaje sobre la inmigración en la ciudad de Barcelona, con la particularidad de que hice todos los dibujos con la mano izquierda, siendo yo diestro.

El resultado, aunque fue más rudimentario que los dibujos realistas que solía hacer, también fue mucho más expresivo y tenía mucha más fuerza. Incluso, me atrevería a decir que tenía un valor artístico más elevado.

Más tarde, estuve una temporada tomando apuntes sin mirar el papel, y mirando únicamente el motivo. En mi segundo viaje a Marruecos hice un centenar de dibujos probando esta técnica. Esto me llevó a otros lenguajes que tampoco podía controlar y en los que intervenía mucho más el azar y mucho menos mi mente racional. En otras ocasiones pinto con los dedos, con tierras, con pinceles rotos. Todo para conseguir efectos más expresivos, para salir del marco mental de costumbre e intentar explorar en términos de mayor innovación y creatividad, que al fin y al cabo es lo que nos hace crecer como artistas.

Mi criptonita; Ataques de ansiedad que condicionaban mi vida

¡No iba a ser todo tan maravilloso!

Aunque a largo plazo la ansiedad ha tenido un efecto muy revulsivo en mí y me ha obligado a escarbar en lo más profundo para encontrar algo más definitivo, lo cierto es que mientras se sufre este infinito agobio y los ataques de pánico también resultan extremadamente desagradables y limitantes. La ansiedad y las preocupaciones dinamitan toda nuestra mente creativa, porque la debilitan y la mantienen ocupada con problemas imaginarios que nos angustian profundamente.

Si queremos ser creativos y vivir una vida plena, la única solución es salir de la rueda mental de pensamientos, preocupaciones y aspiraciones. ¿Cómo? Dándonos cuenta de nuestra presencia aquí y ahora, notando lo que somos de verdad. Despertar y conocerse a si mismo, esa es la solución, y hace miles de años que algunas personas lo enseñan, solo falta que se enseñe en las escuelas.

El caso es que desde pequeño he vivido trastornos de ansiedad en silencio. No hablé vagamente de ellos hasta los 14 años a algunos amigos, y hasta los 19 ya con nombre y apellidos a mis padres y a otras personas. Hasta entonces había tenido miedo de que me encerraran por loco y de que no me entendieran, pero eso fue un error. Ahora los trastornos de ansiedad y los ataques de pánico son algo que padecen una de cada tres personas por lo menos, y además tienen diversos tipos de tratamientos y es algo de lo que se oye hablar más abiertamente. Hace 25 años no era así.

Por un lado esta ansiedad me limitaba porque me hacía vivir con un enorme miedo a enfermar o a creer que ya estaba enfermo (cuando no creía que tenía un tumor pensaba que moriría de ébola, o de un infarto fulminante), estaba agotado desde primera hora de la mañana de tanto pensar en cosas negativas. Por otro lado, la ansiedad me empujaba a buscar una solución y a emprender algún proyecto de mejora personal o de autocomprensión y crecimiento.

¿Cómo puedes conocerte a ti mismo?

Aunque en un primer momento empecé a leer libros de autoayuda y libros de superación personal para rebajar la ansiedad que vivía, libros al estilo de Tus Zonas Erróneas de Dwayne Dyer, los combinaba con otros como Ante la Ansiedad, de Ramiro Calle, un libro que me resultó más práctico y del que tengo muy buen recuerdo y que explicaba con mucha claridad cómo funciona la ansiedad.

Con este libro de Ramiro Calle tuve mis primeras experiencias de Yoga. Aunque practicaba por mi cuenta y en casa, ya recuerdo una gran profundidad poniendo en práctica los ejercicios que proponía. Aún y así, notaba que tenía mucho por explorar dentro de mí y mucho por desgranar a nivel psicológico; tenía que seguir investigando lo que era yo y desbrozando lo que no era yo. Así que fui adentrándome en términos que me sonaban muy bien como autorrealización, y en autores como Abraham Maslow y la psicología transpersonal. Qué significaba esto de la autorrealización, el hombre autorrealizado y la conciencia.

A través de la histórica librería Alibrí de Barcelona (ubicada en la calle Balmes cerca de Gran vía, y con un stock importante en libros de psicología), a la que acudía con frecuencia en busca de nuevos materiales que me saciaran interiormente, llegó un día en que por fín encontré lo que verdaderamente estaba buscando. Se trataba del libro SER: Curso de psicología de la autorrealización, de Antonio Blay Fontcuberta.

Hojeando el libro de pie, en la propia librería, recuerdo percibir claramente una amplitud y una profundidad insólita hasta ese momento en ningún otro guía o autor, comunicador o persona. Era como si un marciano estuviera describiendo con toda la perspectiva posible los problemas principales de la especie humana a nivel psicológico y sobre todo a nivel espiritual y de conciencia. Pero a la vez sus palabras rezumaban una sencillez realmente acusada. Tengo un conocimiento específico de este maestro ya que que llevo casi veinte años procurando poner en práctica su enseñanza.

El caso es que después de empezar a leer a Antonio Blay pude enfocar mi vida de una manera muy certera y ver con claridad qué cosas debería empezar a trabajar.

Dentro de los místicos españoles contemporáneos, creo que sin duda es el exponente más importante. Hace muchos años que pienso que el conocimiento profundo de uno mismo sería una buena enseñanza para las escuelas, porque el conocerte a ti mismo en profundidad y mantener la esencia de lo que somos es igual o más importante que tener conocimientos para saber andar por el mundo, cosa que es igualmente imprescindible, pero no más que lo primero.

Arte terapia: como dibujar un perro 100 veces

Para mí, la principal fuente de crecimiento ha sido lo que desde la línea de Blay se denomina el Centramiento, que es una meditación centrada en los tres centros principales que nos definen como humanos (energía, amor e inteligencia), a parte de toda una serie de ejercicios que he ido desarrollando a lo largo de los años. El primero de los cuales es ver lo que denominamos “personaje”, y que en otras líneas denominan Ego. Este conjunto de ideas sobre mi mismo y aspiraciones a las cuales tengo que llegar para ser alguien en esta vida. Un ideal que aunque se consiga, será el predecesor de otro que causará frustración de todas maneras.

Es como una rueda de hamster que nos impide crecer interiormente. Así que estos dos ejercicios por sí solos, el centramiento y la observación del personaje, son una base importante de autodescubrimiento, de autoconciencia. Aunque después hay muchos otros.

El arte ha sido un pilar fundamental en todo este proceso. Ya en el principio, antes de llevar a cabo este proyecto final de carrera, estuve todo un verano de viaje por Centroamérica aprendiendo a dibujar todo lo que veía. Allí aprendí como dibujar en perspectiva, como dibujar perros, como dibujar un caballo, como dibujar una palmera, un coche, una vaca… Incluso aprendí Como dibujar una abeja en directo!

Una de las cosas que más me ha ayudado siempre ha sido dibujar a personas o animales durmiendo. Lo hacía muy minuciosamente, con todo lujo de detalles. Y eso me inspiraba una profunda tranquilidad.

Todo este proceso inicial de coger apuntes al natural como un loco, simplemente con un blog o cuaderno y un pilot negro, era realmente saciante y pacificador para mí. Me ayudaba mucho a vivir la realidad desde el fondo, a hacerla mía, incluso como si la estuviera creando en ese mismo momento en que la dibujaba. Desarrollaba mucho la creatividad, porque ampliaba enormemente la biblioteca inconsciente de imágenes y recursos de dibujo, al margen de que era vivir el arte como terapia interior.

Todo esto al margen de los ejercicios posteriores que he comentado antes –dibujar con la mano izquierda y demás– y que me ayudaron a romper los esquemas mentales. Lo primero para mí fue aprender a dibujar lo mejor posible, para después desaprenderlo todo y explorar nuevos lenguajes.

La pintura como terapia

Actualmente no hago tantos dibujos en los cuadernos, aunque a veces salgo a pintar al natural con caballete incluído, o voy a concursos de pintura rápida con el propósito de ver las cosas que pinto en directo y no siempre desde el estudio. De todas maneras, en cada pintura que hago noto que voy un paso más allá hacia el propósito de profundizar en lo que hay, de extraer lo esencial de cada cosa que veo, y por consiguiente escarbo también un poco más adentro de mí.

Uno de los propósitos que tengo para los próximos años, aparte de adentrarme en el arte abstracto (estoy al corriente de lo que hacen los pintores abstractos actuales), es trasladar en pinturas la trascendencia que transmite Antonio Blay en sus palabras, y que poco a poco vamos viviendo los que intentamos vivir esa experiencia personalmente.

La mística. ¿Cuál es la definición exacta de conciencia?

Para mí, la mística es la experiencia de autodescubrimiento profundo y de desarrollo al máximo de nuestras capacidades esenciales (Energía, Amor e Inteligencia) es la única razón por la cual estamos en este mundo. Más allá del marketing y de las habilidades de venta cada vez más extendidas, Intento siempre rascar y mirar a fondo las personas para descubrir personas sencillas, cercanas, experiencias auténticas, sencillas, profundas, de hombres y mujeres místicos y místicas.

Por eso cada día que me encierro (o salgo al aire libre) a pintar un nuevo cuadro, lo hago con el propósito de encontrarme a mí mismo en un punto más avanzado del aprendizaje. ¿Soy entonces un pintor místico? Las palabras se las lleva el viento. Lo que puedo prometer es que soy una persona comprometida con su desarrollo, y que la preparación tanto de estas nuevas pinturas abstractas como de esta serie más fantasiosa que nos hablará de la profundidad del camino interior (esta última será una serie llena de simbolismo místico, que no religioso), son un atajo para experimentar la conciencia social o la conciencia colectiva