
—¿El trabajo artístico no tiene salida profesional?
Hemos de partir de la base de que, si son los padres los que afirman eso, los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos. Tenemos que ponernos en su piel y entender su punto de vista: Piensan que vamos a sufrir y no desean que suframos. Valoran la seguridad y la estabilidad por encima de la libertad. En la gran mayoría de casos no han tenido experiencia en el mundo del arte y en la mayoría de casos no son autónomos o emprendedores. Con lo cual, su sufrimiento es doble.
Para ellos lo normal o por lo menos lo mejor para evitar problemas es trabajar para alguien y cobrar un sueldo mensualmente. Su tranquilidad pasa por esta especie de línea de vida, por esta estabilidad mental que nos proporciona a todos el hecho de saber que estamos acogidos por algo grande(una empresa de otra persona) que nos proporciona una continuidad de ingresos en el tiempo.
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En general se acabó el trabajo para toda la vida
Como sabemos, todavía aún está en el aire aquello de que los trabajos son “para toda la vida” (por cierto, ¿dónde está el botón de las risas enlatadas?). Que el mes que viene seguiré trabajando para esa empresa o para esa persona y eso me continuará asegurando ni que sea un mínimo de holgura económica.
Todo lo que no sea vivir esta situación de asalariado es habitualmente un sufrimiento para nuestros padres y para todas las personas que, desde su punto de vista, se preocupan de verdad por nosotros.
En la mayoría de casos nunca lo harán por fastidiarnos y lo mejor es no ponerse de culo con estas situaciones, sino procurar verlas desde el fondo e intentando comprender al otro. Más allá de la falta de la mucha o poca confianza que proyectan en nuestra profesión, hay una serie de ideas de no saber ellos cómo llevarlo a cabo y una falta de conocimiento del mercado y de cómo cultivarlo.
No debemos dejarnos arrastrar por esas corrientes. Tendremos que estar muy sólidos y basarnos en hechos; los ingresos que hay al principio, por escasos o esporádicos que sean, nos demostrarán a nosotros mismos (somos los únicos a los que tenemos que demostrarnos las cosas) que sí que lo podemos lograr.
Incluso, a parte de familiares, amigos y conocidos, deberemos ir con cuidado con otros profesionales o semi profesionales del sector, ya sean pintores, galeristas u otros. Y no hacer caso de los consejos de aquél que no ha conseguido vivir de El trabajo artístico y va con la moral por los suelos y tirando jarras de agua fría a los optimistas o a los que comienzan (no sé qué es peor), y que te dice: “¿Todavía pintas?”, “Es muy difícil vivir de la pintura”, “No se vende nada”.
Esos mantras son muy relativos y pueden chocar con la realidad de muchas personas. El que dice eso quiere encontrar a otras personas que le digan que también están fracasando. El consuelo colectivo es mejor para ellos que vivir su desgracia en soledad. Sea como sea, es importante ver que a la hora de desempeñar El trabajo artístico la presión exterior será grande, tal como analizamos en este artículo.
La abundancia empieza en los hábitos
Si nos dedicamos a aprender a vender nuestro trabajo, a desarrollar una trayectoria y a conocer a mucha gente, nuestra realidad no tendrá nada que ver con toda esa negatividad. No necesitamos a nadie que nos transporte su nube negra de negatividad y frustración que no nos llevará a ningún lugar luminoso.
¿Debemos hacer caso de las proyecciones de aquél o aquella que no lo ha conseguido? En todo caso, mejor escuchar a los que van con la moral alta, sean de nuestro sector o de otros, que han trabajado un mercado y que sí han conseguido muchas ventas. El trabajo artístico ya tiene algunos obstáculos de por sí, hay que rodearse de gente optimista que tiene actitudes prósperas y, en consecuencia, vidas prósperas.
—¿Todavía pintas? Es muy difícil vivir de la pintura, no se vende nada.
—Oye, gracias. Me alegras el día con tus ánimos. Suerte que yo no ando por ahí alimentando estos pensamientos. Supongo que por eso mi realidad es distinta de la tuya.
Para nosotros este sufrimiento temporal que hay al principio por no tener muchos ingresos es mucho más que asumible si lo comparamos con el gozo que produce vivir esta expresión artística sin freno. Lo que necesitamos al principio es tiempo para ganar experiencia, como analizábamos en este artículo.
Un mantra muy común que escuchaba a menudo desde distintas personas de mi entorno era si “había valorado la posibilidad de ser profesor de dibujo o de pintura”. Y la verdad es que nunca valoré en serio esa opción, aunque he dado algunos cursos de manera esporádica. Yo diría que no todos los profesores de arte tienen madera de profesores.
La docencia es un campo que requiere una preparación y una llamada interior concreta. Si uno se mete a dar clases sin una experiencia sólida en el mercado artístico lo que transmitirá serán sus propias limitaciones a los alumnos. Ya lo viví varias veces como alumno y no me gustó. Algún profesor incluso lo dijo: “yo soy un ilustrador frustrado”. Fantástico, podemos esperar técnica pero no optimismo ni directrices para movernos por el mercado, algo básico e importante en nuestro sector y que, sin embargo, no se enseña en las escuelas.
El trabajo artístico, una convicción interna
Si nuestro sueño nos importa por encima de todo, no nos quedará otra que reforzarlo y acorazarlo hasta que tenga su propia vida y vaya forjando su propia historia. Somos personas libres y en última instancia deberemos escuchar nuestra alma para saber cuál es nuestra misión en la vida. Si hemos nacido para ser artistas es absurdo que nos dediquemos a otras cosas que nada tienen que ver con el arte.
Nuestras aptitudes artísticas son como una semilla que necesita máxima atención y cuidado para crecer y convertirse en un hermoso y robusto árbol.
El potencial que uno o una tiene para El trabajo artístico se desarrollará en la medida en que le otorguemos espacio y tiempo para expresarse. Nuestras aptitudes artísticas son como una semilla que necesita máxima atención y cuidado para crecer y convertirse en un hermoso y robusto árbol. Si no priorizamos el desarrollo de estas aptitudes artísticas difícilmente veremos mejoras y difícilmente veremos resultados.

Así que debemos vivir en bloque con nuestro propósito. No hay que luchar en contra de nada ni de nadie si no a favor de algo creativo y luminoso que tiene su función en la sociedad
Cuánta más unidad interior vivamos nosotros con nuestro propósito más nos respetarán los demás, aunque no conozcan nuestro mundo o nuestro compromiso con El trabajo artístico captarán esta unidad interior y no podrán reflejar en nosotros sus inseguridades.