Panorámica del Rio Duero en Oporto: La Ribeira

Panorámica del Rio Duero en Oporto: La Ribeira

En este artículo vamos a analizar esta pintura de Oporto, en concreto del barrio de la Ribeira, que no fue una elección personal si no un encargo que realicé en 2018. Estoy orgulloso de esta pintura y creo que es buena idea comentarla.

A veces los encargos pueden ser un compromiso y por eso no voy anunciando que hago encargos, pero la verdad es que en este caso la idea atrapó mi atención porque aunque no he estado todavía en Portugal, la amiga que me hizo el encargo, que vive en Barcelona pero es de Portugal, me habló de esta vista. Me llamó la atención enseguida y pensé que sería un reto fantástico.

Se trata de una vista panorámica del casco antiguo de Oporto, cerca del puente de Don Luis, uno de los puentes en Oporto más emblemáticos (aunque no aparece en la imagen). Es un cuadro que lo tiene todo: mucho colorido, mucha vida, un azul intenso y radiante. 

 

Fase 1: regla del dibujo: buscar referencias en el paisaje urbano para marcar las proporciones

Una de las reglas del dibujo para empezar bien un paisaje urbano al óleo en este estilo realista, es marcar bien las proporciones y buscar puntos de referencia. Así que cogí la regla y empecé a estudiar la perspectiva de cada rincón de la arquitectura de Oporto, tratando de encajar cada elemento para no perderme.

Aunque pintes cuadros en los que todo parece igual, siempre hay elementos que sobresalen y que puedes tomar como referencia. En este caso la Torre de los Clérigos divide el cuadro en tres partes y marca claramente una referencia en la arquitectura de Oporto. A la derecha, la Iglesia dos Grilos está en otra cima que también es un referente, igual que la iglesia de la izquierda, también en otro monte.

Así, con estas referencias en el dibujo fui trazando un mapa a través del cual sabía por donde estaba navegando en cada momento a partir de tener un esquema claro.

 

Fase 2: pintura impresionista al estilo de las pinturas de Claude Monet

Aquí empecé con las primeras pinceladas. Que como podéis ver fueron en un estilo suelto y dinámico. Una primera pincelada al estilo de los cuadros de Monet, con la libertad que sientes cuando pintas al aire libre en los concursos de pintura rápida.

Dando importancia al color, ya que mi amiga me dijo que se había fijado en una pintura mía por la importancia del color y las distintas tonalidades. Y al mismo tiempo aquella era una pintura hecha con espátula y con una pincelada suelta que ofrecía un sentimiento de dinamismo.

Así que en esta primera fase traté de fijar bien los colores. Y jugar con un aire veraniego y mediterráneo, a pesar de que estuviéramos en el Atlántico. En estos momentos suelo recordar los claros de luz en los cuadros de Renoir y como esa luminosidad de los impresionistas nos transmite calidez sin reservas. Aunque este sería un cuadro más azulado, podía ser igualmente cálido si no era un azul duro y si se marcaba bien la vitalidad de la ciudad.

Empezamos a dejar espacio para uno de los tradicionales y hermosos barcos rabelos de Oporto, que antaño parece que se utilizaban para transportar barricas de vino de Oporto

 

Fase 3: Hacia una pintura realista

En este momento le di otra capa de pintura al cielo pero esta vez un poco más azulada, aunque manteniendo el tono turquesa por la parte de abajo para que se viera en consonancia con el agua. Eso hace que ganemos en profundidad porque al ser el azul del cielo un color más frío lo alejamos de las casas, que tienen colores mucho más cálidos y por lo tanto perceptivamente parecen más cercanas.

A parte de eso, muchas veces lo que caracteriza a un pintor realista es la dedicación. El hecho de entretenerse a estudiar y reflejar los detalles en el cuadro, a resaltar su belleza. Intenté acentuar los colores vivos y alegres, y reflejar detalles que también dan mucha profundidad. Igual no todos, pero sí los más significativos o los que hacen emblemática la imagen. Todo eso es lo que le da valor a este tipo de cuadros realistas.

 

Fase 4: el agua del Río Duero Oporto, al óleo con espátula

Este ya sería el cuadro en su fase acabada. Como veis, respecto a la fase anterior, parece que no hay muchas diferencias, pero si observamos bien veremos que la pintura se ha trabajado bastante más. Por un lado tenemos bastante más luminosidad en el cielo. Y eso es porque le he añadido más nubes y lo he aclarado, aplicando una veladura al óleo de blanco.

En el agua, sin embargo he hecho lo contrario. La he oscurecido a medida que se iba acercando al espectador en primer plano. La zona de abajo más oscura, y la zona más cercana al muelle en un tono algo más turquesa y algo más claro. No podemos olvidar que al final el agua no deja de ser un reflejo del cielo. Si nos fijamos en el cielo, a las horas del mediodía, más cerca del horizonte está más claro, algo más amarillo pero sobre todo más claro, y a medida que nos alejamos del horizonte y subimos hacia arriba tenemos un color más intenso y más oscuro. Y en el mar sucede lo mismo.

He pintado el río con la espátula. ¿Por qué he hecho eso? Porque tuve la sensación de que con el rastro o la huela que me deja la espátula daría más sensación visual de agua. No necesitaba tampoco un cuadro muy realista, pero si que de lejos nos diera sensación de agua, y creo que eso se logra.

Por lo que respecta a las casas vemos más dedicación y más trabajo. Los lados del cuadro no están tan trabajados como la parte del medio, y eso es algo que hice a propósito, porque esa otra pintura que a ella le gustaba estaba hecha de esta manera más desdibujada en algunos bordes.

Si te interesa una reproducción de este cuadro, la puedes conseguir en este enlace:
Se do Porto, Painting of Porto. Portugal Canvas Print by miquelcazanya | Society6

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Gracias por tu atención y… ¡Te espero en otro artículo!

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