En el arte contemporáneo, una de las presiones innecesarias a las que nos sometemos los artistas, sobre todo al principio de nuestras carreras, está marcada por la cuestión del valor de los cuadros. Socialmente está establecido así: Parece que si un cuadro no vale un pastón de aúpa es que no tiene calidad o que el pintor no es bueno. A la vez, si el pintor pone precios muy elevados es probable que venda muy de vez en cuando en estos momentos. Entonces, ¿qué es mejor?

Muchos artistas tenemos la tentación de llevar una vida tan extraordinaria como sea posible, incluso a veces necesitamos ser “únicos”, y acabamos siendo conocidos por nuestras salidas de tono más que por nuestro trabajo. En este artículo te contaré que de mi abuela, la pintora Carmen gandía, aprendí todo lo contrario

Grandes pintoras: Pintura de mi abuela, la pintora Carmen Gandía, inspirada en un rincón de la Garrocha, en Gerona. Lugar en el que vivió desde 1986 hasta su muerte

Con los mejores deseos de que paséis unas Felices Fiestas y un Read more

En la Vall d’en Bas, en concreto en Sant Esteve d’en Bas, es el pueblo en el que vivieron mis abuelos desde 1986 hasta 2001, año en que fallecieron. Es el lugar donde mi abuela realizó más exposiciones al final de su vida y donde he vuelto para localizar y catalogar sus obras

Ilustración digital personalizada para el libro de mi amigo David Algarra Bascón, titulado El común catalán. El libro fue editado en catalán en 2015 por Potlatch Ediciones y en español por la Editorial Cauac en 2018